domingo, 18 de mayo de 2014

JABON DE LAVANDA Y OTRAS COSAS.

Hoy voy a hablar del jabón de lavanda y más cosas.

La lavanda es una flor que me gusta mucho, por su aroma, por su tonalidad morada tan bonita, y porque siempre imagino esos mares de color lila de la Provenza francesa.
Uno de los mayores atractivos de la Provenza son los campos de lavanda, conocidos en el mundo entero, paisajes únicos que tiñen de lila y violeta los valles de la región.

 

Relacionando temas, debo decir que la persona que me introdujo en esto de los jabones, fue mi amigo Eloy, y su madre, Araceli.
Con mi amigo Eloy compartí muchas cosas en la primera adolescencia, y una de ellas fueron esos inigualables intercambios con Francia.
Y aunque no fueron en La Provenza, tuve la oportunidad de ver paisajes preciosos y de enamorarme secretamente de su cultura, de su idioma y de todos los productos que provenían de allí.
Mi jabón de lavanda, es un homenaje a esos recuerdos.



Es un jabón de Castilla, que no por ser el más sencillo, evita que sea uno de los mejores jabones del mundo porque su componente es el aceite de oliva extravirgen en su totalidad.
En lugar de agua utilicé una infusión de flor de lavanda, cogida de mi jardín, donde están hechas estas fotos.



Añadí aceite esencial de lavanda, con múltiples propiedades, entre las que destaca su efecto relajante. logrando un sutil aroma para nada penetrante y sí muy agradable.



Podemos usar este jabón para tocador o para uso corporal. En ambos casos la sensación será de frescor y de relax, dejándonos una agradable sensación de limpieza.
También puede usarse (yo lo hago y lo recomiendo) para perfumar los cajones y armarios.
Nada como abrir un cajón para sacar unas sábanas y encontrarnos con este aroma que nos sugiere primavera, frescor y aire puro.



Me despido hasta la próxima, no sin antes dejaros otra imagen de estos maravillosos campos de lavanda, a los cuales puede acercarnos un poco este jabón. Saludos!


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